MORTI

Morti
1.- ¿Cuál es tu primer recuerdo relacionado con el mundo de la música?

Los primeros recuerdos inconscientes supongo que se dan dentro del útero de mi madre, justo antes de nacer… Durante la celebración del fín de año de 1967, imagino que la música que venía del exterior condicionó algo en ese aspecto… Aparte de los que mantengo cuando viajábamos en familia y mi padre ponía música en el coche, los recuerdos más conscientes y vívidos que tengo son todos aquellos que de manera subliminal fui recibiendo “silenciosamente”, cuando compartía habitación con mi hermano mayor… Él, en gran parte y sin darse cuenta, es el responsable de haber introducido en mi interior el germen que derivó en que brotase la necesidad de expresarme a través de la música… Afortunadamente, mi hermano fue un mentor que contaba por aquel entonces y sigue dotado de esa gran virtud, con una sensibilidad y gustos envidiables… Entre esas cuatro paredes reverberaban sin cesar The Beatles, Ultravox, Duran Duran, Tears for Fears, los primeros Depeche Mode y un largo etc. de artistas y grupos, que fueron haciendo mella en mi y ahora forman parte de mi incuestionable e intocable patrimonio emocional musical…


2.- ¿Cuál fue el primer concierto de rock al que asististe?

El primer concierto al que asistí, como si de una experiencia iniciática se tratara, fue el que dieron el grupo La Unión presentando su primer gran disco “Mil Siluetas”, en el ya desaparecido Estudio 54 de Barcelona. Contaba con 18 años y lo viví casi como si estuviera teniendo una epifanía… Todavía recuerdo la excitación y la emoción que supuso para mi el instante en el que se apagaron las luces y empezó a sonar el fraseado de una guitarra, acompañada por unos compases de batería, que me elevaron literalmente del suelo… En ese momento se detuvo el tiempo y tuve una revelación…


3.- ¿Y el primer disco que compraste?

Si la memoria no me falla, el primer disco que me compré fue “Seven and the Ragged Tiger”, el tercer trabajo de estudio de la banda británica de nuevos románticos Duran Duran… Grupo que en muchos aspectos sigue siendo absolutamente referencial para mi…


4.- ¿Qué fue lo que te impulsó a dedicarte a la música?

La pulsión de autoconocimiento… La necesidad de escarbar en mis adentros a través de la conexión emocional que siempre me ha proporcionado la música, como un vehículo a través del cual puedes ir recorriendo esos a veces sombríos caminos que te llevan hacia ti mismo…


5.- En referencia a tu instrumento, ¿eres autodidacta? ¿Cuándo empezaste a tocar?

Soy completamente autodidacta… Para bien y para mal… Jamás he hecho clases de ningún tipo, tal vez por miedo a que cierta técnica pudiese condicionar mi espontaneidad natural… Descubrí que tenía aptitudes para expresarme a través de la voz cuando me centré totalmente en ella, ya que empecé en esto de la música tocando el bajo eléctrico, función que combinaba “cantando” en la primera banda que tuve junto a mi “hermano” del alma, el reconocido baterista Charly Sardá, y junto a Paco Narváez, gran amigo y excelente compositor (suyas son las bases de temas en los que me inspiré para componer “Promesas” o “Sueño contigo”, canciones que considero importantes dentro de mi repertorio en solitario), aunque por aquel entonces considerase que no hacía bien ni una cosa ni la otra… Por lo que sufrí una crisis que me llevó a plantearme la posibilidad de dejar definitivamente la música… Paradójicamente fue entonces en ese momento cuando encontré mi sitio… Redescubrí la música a raíz de la implicación que supone cantar lo que escribes y escribir lo que cantas…


6.- ¿Cuál fue el primer grupo del que formaste parte? Cuéntanos algo sobre él.

Como te he descrito en parte más arriba, la primera banda que tuve la formé con Charly Sardá, que se agregó al proyecto cuando sólo contaba con una semana de iniciación a su instrumento (ahora es, posiblemente, uno de los mejores bateristas del mundo) y Paco Narváez (excelente guitarrista autodidacta, de muy refinado gusto)… Todos fuimos aprendiendo sobre la marcha. El grupo en cuestión se llamaba Demortis… Recuerdo que como teníamos pocos medios, hacíamos experimentos para poder ensayar y conectábamos todos los instrumentos, voz incluida, en un amplificador de guitarra Marshall del año de la Tana… Sonaba todo a rayos, pero nosotros vivíamos esas experiencias con una emoción desmedida… Fueron momentos iniciáticos muy intensos y reveladores, que recuerdo con muchísimo cariño y respeto…


7.- ¿Cómo llegas a formar parte de InMune?

Paulo, que ha seguido mis pasos bastante de cerca en lo que a mi carrera musical se refiere, se puso en contacto conmigo y me pasó una idea instrumental suya, sobre la que vertebré una melodía vocal acompañada de un texto… Eso fue el embrión que sirvió de prueba empírica para constatar que podíamos desarrollar algo juntos… Así nace la posibilidad de crear InMune, que a día de hoy afortunadamente ya es una realidad que espero que nos lleve, como decía uno: Hasta el infinito y más lejitos…


8.- Define a tus otros tres compañeros con una sola palabra.

Paulo: Entusiasmo.
Carlos: Tenacidad.
David: Efectividad.


9.- Vuestro primer single pide iluminación, ¿en qué consiste para ti ese concepto?

En arrojar luz sobre aquello que por su opacidad te limita a la hora de fluir adecuadamente… Se trata de apelar al conocimiento revelador cuando a veces todo parece estar en contra… Un llamamiento a cierta implicación para poder aspirar a tener argumentos que garanticen alguna esperanza…


10.- Dicen que en el Infierno tienen la mejor música… ¿Qué disco te llevarías allí?

Ninguno… El silencio es para mi la música más excelsa…


Fotografía de Wamba.
Cuestionario de David Bläck.